Hijos de la Tierra
Cazadores de mamuts
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(Auel, 2019, pp. 396-416)

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Ocho cascos hollaban al unisono el suelo endurecido.

Ayla, erguida y balanceándose al compás de su yegua, se dirigió hacia el río a buen paso; estaba disfrutando de la salida.

(Auel, 2019, pp. 396-416)